¿SABES LOS BENEFICIOS DE LA SOCIEDAD ANÓNIMA PROMOTORA DE INVERSIÓN O SAPI?


Las sociedades anónimas promotoras de inversión surgieron en el 2006 con el objetivo de modernizar el régimen corporativo para flexibilizar y facilitar su operación, sobre todo en lo que se refiere a los derechos corporativos y económicos de los accionistas.

En una SAPI, las acciones emitidas pueden tener distintas series que contengan distintos derechos y obligaciones, lo que permite un mejor control de la empresa con respecto de los distintos tipos de accionistas.

El auge de las SAPI se entiende en un entorno de crecimiento económico en donde se emplean distintos modelos de inversión. Distintos tipos de empresas han optado por esta figura en años recientes.
  1. Los fondos e incubadoras de negocios han concretado su participación bajo este régimen de capital.
  2. También ha sido adoptado este régimen por las empresas interesadas en atraer nuevos inversionistas.
Las SAPI buscan promover el capital privado y de riesgo para impulsar la competitividad y ayuda a proteger los derechos de los grupos minoritarios de accionistas.

Los beneficios principales de las SAPI son:
  1. Su principal beneficio es la flexibilidad que otorga para contar con distintos tipos de acciones y de socios.
  2. Su funcionamiento es más atractivo para inversionistas.
  3. A pesar de poder contar con cientos o miles de acciones y accionistas, su tipo de gobierno permite un mejor manejo y control de la empresa.
  4. Se considera un paso previo y necesario para aquellas empresas que se dediquen a la inversión indirecta, o que tengan en sus planes cotizar en bolsa.
  5. Establece causales de exclusión de socios o para ejercer derechos de separación, de retiro, amortización de acciones, y bases para la determinación de precios.
  6. Permite adoptar mecanismos más eficientes para implementar estrategias de salida de capital privado, como los derechos de “drag along” (derecho de “arrastre” o de “traer consigo”) y “tag along” (derecho de acompañamiento).
  7. Para cada clase de acciones (que por lo regular representan distintas unidades de negocio), otorga derechos patrimoniales como el pago de intereses a una tasa pactada previamente para la inversión de un accionista, como anticipo de los dividendos que generará al final del ejercicio. Y derechos corporativos como no conferir voto a todos los accionistas o que se restrinja sólo para algunos asuntos. 
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